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Opinión | Policías detienen injustamente a manifestantes (Fotos)

  • Foto del escritor: Alex González
    Alex González
  • 6 sept 2020
  • 3 Min. de lectura

El abuso de autoridad sigue demostrando que los policías solo son el brazo armado del Estado.



Familiares exigieron la liberación de las activistas. Fotografía: Alex González

El sábado 5 de septiembre sucedió uno de los atropellos a los derechos humanos más brutales que han sufrido las activistas en el municipio. Durante años, el Centro Histórico de Ciudad Juárez ha sido testigo de las manifestaciones organizadas por colectivos feministas locales. En cada protesta hay una madre, hija, hermana o abuela que tuvo que vivir la indiferencia de las autoridades incompetentes y su nula empatía. Cada una grita por aquellas a las que un feminicida les arrebató la voz.


Ayer un grupo de criminales uniformados intentó desesperadamente callar ese grito. Los policías arrestaron aproximadamente a 25 manifestantes sin la más mínima intención de respetar su salud física o emocional. Al caer la noche, los familiares respondieron a la detención con el cierre del Eje vial Juan Gabriel, a la altura de la Estación Universitaria, lugar al que fueron llevadas las activistas.


Los familiares se colocaron en medio de la calle para formar una barrera que impidiera el paso vehicular. Fotografía: Alex González

Los rostros molestos eran iluminados por los colores azul y rojo de las patrullas policiacas. Los uniformados, como siempre, bien formados frente a los manifestantes y, por supuesto, el brazo derecho recargado en sus armas largas. Algunos “ocasionalmente” tocaban una pistola a un costado del pantalón mientras veían de lejos la protesta.


Aproximadamente catorce policías a las afueras del edificio impedían el acceso y varias patrullas rondaban constantemente la zona. Maravilloso operativo; ojalá mostraran esa dedicación cuando se trata de proteger a los civiles. Pero el problema es más complejo que la policía. La fiscalía destaca por un sistema burocrático que hace más difícil la obtención de resultados con los que la ciudadanía pueda sentirse segura. Se volvió imposible que las afectadas pudieran hablar con un abogado antes de ir a rendir su declaración con la jueza, quien, según palabras de una de las detenidas, “nos dejó en claro que ella no era feminista y dijo que no andemos haciendo esas cosas”.


Se colocaron mensajes en las calles con pintura en aerosol. Fotografía: Alex González

Ciudad Juárez es uno de los lugares más peligros para ser mujer en toda América Latina. Las estrategias para frenar la violencia de género en el municipio no han dado resultados porque las autoridades no tienen perspectiva de género, por lo tanto, no están capacitadas para atender esas situaciones. Que estos individuos ocupen un puesto en fiscalía o sean parte de los cuerpos policíacos genera ese sistema laxo que ha sumido a la ciudad en delitos impunes.


Se colocaron mensajes en las calles con pintura en aerosol. Fotografía: Alex González Los manifestantes aseguraron que no se retirarían hasta que todas las detenidas fueran puestas en libertad. Fotografía: Alex González.

Un reflejo de esta falta de empatía ocurrió la misma noche en la Estación Universitaria. Uno de los empleados de la Unidad Forense de Criminalística trató de callar en reiteradas ocasiones a un integrante de la protesta cuando le explicaba el motivo por el que habían cerrado la calle. Antes de retirarse les gritó “bola de inútiles” a los manifestantes.


Las primeras activistas liberadas fueron menores de edad, minutos después de las dos de la madrugada. A las 3:30 AM casi todas habían salido del edificio. Sin embargo, aún había personas dentro de la Estación Universitaria que no podían pagar la fianza. Los familiares recaudaron dinero para liberar a las detenidas y también para cubrir los gastos médicos de una de ellas. A las 4:00 AM se liberó al resto de las manifestantes y casi todos se retiraron en caravana a un hospital para atender las lesiones ocasionadas durante la protesta de la tarde.

Moretones y rasguños de una de las manifestantes. Fotografía Alex González


Es necesario hacer énfasis en lo peligroso que son estas detenciones en las que se dañan los derechos humanos, cuyo propósito es que aquellos con poder no abusen de los que sistemáticamente han sido relegados a posiciones inferiores dentro de una compleja jerarquía social. Nuestra oportunidad de cambio está en las calles y no puede ni debe ser frenada por nadie. Que lo que pasó esta noche no se olvide nunca.


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