Opinión | Con nosotras bien cabrones, con los narcos bien collones
- Staff - Colaboración
- 19 sept 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 mar 2021
| Alex González y Jesús Castro |
Las colectivas feministas cansadas por la falta de justicia que tanto ha caracterizado a esta sociedad indiferente emprendieron su marcha y gritaron con ese coraje y valor que las caracteriza para que el presidente Municipal asimile que no van a regresar los días en que las voces eran calladas y el olvido borraba la memoria y la lucha por tantas mujeres asesinadas.

El grupo de manifestantes se reunió a las diez de la mañana en las afueras del Instituto Municipal para la Mujer el viernes 18 de septiembre como respuesta por las agresiones que algunas de sus compañeras sufrieron hace dos semanas a manos de los policías. Algunas llevaban las radiografías de las heridas provocadas por el brutal ataque que llevaron a cabo los defensores de las letras. Una lástima que aquellas personas que se organizaron para limpiar los monumentos no reaccionaron de la misma forma por las marcas en los cuerpos de las activistas violentadas.
Durante el avance del contingente, la imagen se tornó bizarra, pues los elementos policiacos culpables de violentar a las intrigantes del colectivo Hijas de su Maquilera Madre también hicieron acto de presencia para proteger las letras JRZ y CD. JUÁREZ que supuestamente decoran un centro histórico olvidado y en agonía. ¿Quién fuera esas letras o esas fachadas para gozar de tanta protección? Eran personas, desgraciadamente, las miles de desaparecidas y asesinadas que han simbolizado esta ciudad llena de luto y duelo.

Es evidente que el gobierno gasta muchos recursos en proteger objetos que “favorecen la imagen del municipio”. Cómo se llega a tener una imagen mínimamente agradable de la localidad cuando otra vez ocupa puestos tan altos en las estadísticas de feminicidios.
También se colocó a varios policías a las afueras de la Presidencia Municipal para evitar que el contingente ingresara a las instalaciones. Las activistas se detuvieron en este lugar para colocar otros carteles y cantar Sin miedo de Vivir Quintana, cuya letra se ha convertido en parte de las protestas a lo largo de todo México.
Después de que la canción fuera interpretada los testimonios resonaban por las calles.
“Tú me estrellaste el rostro contra el suelo; aquí estoy” gritó una de las víctimas a la policía que le agredió hace dos semanas. Es Difícil no pensar en cuánto debía ser el cinismo para pararse frente a las personas que hace poco golpeaste y humillaste frente a tus compañeros. Pero bueno, quizá la cabeza cuadrada de nuestro presidente municipal no tiene la capacidad para entender razones y decidió mandar a los mismos elementos.
Armando Cabada está tan obsesionado con frenar el movimiento feminista que ejerce un sesgo mediático en contra de las activistas demasiado evidente. Ejemplos de esto sobran en aquellos medios de comunicación ligados con el gobierno municipal que, bajo una narrativa de odio, abordan las noticias relacionadas con protestas organizadas por mujeres. Bastan unos billetes para que los “periodistas” acepten ser parte de esta campaña contra las activistas que exigen justicia por aquellas que han sido asesinadas en este país. Si la empatía de los medios tiene precio, no hay contenido que valga dentro de ellos.

Para decorar el circo de la Policía Municipal y la administración de Cabada, algunos reporteros también quisieron ser partícipes de estas payasadas, pues apareció un hombre araña en “modo reportero” para impedir que se documentara la presencia policíaca e ignorar las peticiones de las mujeres organizadas, quienes exigieron que se documentara el acoso de la policía.
Es comprensible la molestia por la labor de los medios, por la forma en que han expuesto los casos de la violencia de género y manifestaciones, casi siempre haciendo énfasis en las formas y no en el contexto. Reprimir y atacar violentamente a las activistas no son las formas, presidente. Tampoco hacer burla de los movimientos o descalificar sin argumentos son las formas para informar a las personas.
Al término de la marcha, las manifestantes regresaron a las instalaciones del Instituto Municipal de la Mujer para acordar un método que les permita regresar seguras a sus casas, pues como se menciona anteriormente, no son letras que la policía proteja.
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