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Opinión | Lucro en caliente: feminicidio como negocio

  • Foto del escritor: Jesús Castro
    Jesús Castro
  • 15 feb 2020
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 17 feb 2020



Fuente: traficozmg.com

Tras el asesinato de Ingrid Escamilla, numerosos colectivos feministas, e incluso la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, condenaron la manera en que algunos medios difundieron la información, pues divulgaron imágenes del hallazgo de su cuerpo desollado. Esto además de ser una falta de respeto hacía la víctima, puede comprometer la salud psicológica de sus seres queridos, pues nadie quiere ver en dichas condiciones a una persona amada o apreciada.


Está claro que el trabajo de los reporteros y periodistas es informar lo que acontece, y más cuando se trata de otro crimen tan lleno de sadismo, pues nos recuerda que es un problema que va en aumento y vislumbra una sociedad que ya normalizó estos actos, pero es inaceptable que se busque atraer espectadores de esta forma. Supongo que si se tratara de alguno de sus conocidos lo pensarían dos veces. Aunque nada me sorprende cuando se trata de sacar más plata, pues el ser humano es capaz de todo a cambio de recibir más dinero.


A pesar de que se ha hablado mucho en los medios sobre los feminicidios, estas malas prácticas no sólo afectan a las personas asesinadas del género femenino, pues el 13 de febrero el medio local juarense. El más conocido por las burlas que por su buen periodismo, o como ellos lo llaman “Periodismo en caliente”, publicó un encabezado que decía “Cuaresma en Madera”, en alusión al hallazgo de tres hombres asesinados en la sierra de Madera. En los seis renglones de la nota sólo se detallan las condiciones en las que fueron encontrados los cuerpos. Anteriormente el mismo portal también informó sobre el homicidio de un mecánico en el cruce entre la avenida División del Norte y Miguel Ahumada. El título decía "Sicarios Lo Desbielan". Creo que la palabra mal escrita es lo de menos cuando se están burlando de una muerte.


Mi postura es clara: esto deben sancionarse, y en el caso de Ingrid, la Fiscalía Capitalina ya abrió una investigación por la filtración de las imágenes. No obstante, esto demostró aún más la podredumbre de la ambición por más dinero cada vez más arraigada en nuestro ser, pues ahora se habla de tratos con la policía para obtener dichas imágenes. Pero eso no es lo que considero peor, sino lo que declaró un reportero que se negó a dar su nombre, pero cuyo testimonio apareció en el Heraldo de México: “En la FGJ no te mandan nada; en la Seguridad Ciudadana a veces, pero siempre son puras fotos de detenidos y censuradas. Esas no nos sirven”. Si se pone así, espero que nada le sea de utilidad en su labor.


Considero que esto es consecuencia de la sociedad mercantilizada y consumista en la que vivimos, pues la muerte desde hace mucho que es un negocio más; si no, no se gastaría en funerales y en tantas flores que los difuntos no serán capaces de ver ni oler, pero exhibir de esa manera a una mujer asesinada muestra una carencia, no sólo de ética, sino de humanidad.

Más allá de las diferentes opiniones con respecto a la publicación de las fotos, el Convenio por la Igualdad de Género y Combate a la Violencia contra las Mujeres en los Medios de Comunicación, aprobado en 2016 por la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión es algo que se debe acatar; no se trata de una elección. De igual manera se deben investigar y sancionar a los elementos policíacos que compartieron y vendieron ese material.


A como están las cosas en México, da la impresión de que los cuerpos de seguridad son más espectadores de la masacre que deben evitar y, al tener acceso a tan horrorosas escenas, han decidido hacer su riqueza de esa manera. En un país con 96 por ciento de impunidad (INEGI), es factible que eso sea lo que más los motive a presentarse en el lugar de los hechos. Nunca hay detenidos, pero siempre aparecen las fotos de la gente hecha pedazos.



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