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¡Esta noche con Gary B! | María Juana, la musa a quien le aplazan su 18ª primavera

  • Foto del escritor: Braulio Pérez
    Braulio Pérez
  • 4 nov 2019
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 27 mar 2021



Gary B.


Fotografía de María Fernanda Espinoza

Amigos, amigos, el día de hoy se toca un tema que haría que cualquier abuelita te agarrara a chanclazos por sólo insinuarlo: la marihuana. El cannabis, la mota, el pastito vacilador, las patas del diablo, la “medicina” de León Larregui, el cilantro de Alex Lora, la caquita de chango y muchos otros nombres acerca del zacate de Belcebú. Sin embargo, la humanidad ha usado desde tiempos remotos la marihuana con fines medicinales y uno que otro… bueno, unos que otros… ok, ¡un chingo de fines recreativos!


Después de tanto cabildeo para regular el consumo de cannabis en México, decenas de iniciativas y la jurisprudencia emitidas por la Suprema Corte de Justicia, todo ese esfuerzo se encuentra congelado. El pasado 29 de octubre el senado pidió una semana más para legislar, señaló que hay división entre los legisladores y una excesiva presión. El presidente de la comisión de justicia, Julio Mechaca, atribuyó a la carga de trabajo la incapacidad para cumplir con el plazo que marcó la Suprema Corte de Justicia, pero el coordinador de senadores de MORENA, Ricardo Monreal, dijo que la reforma se había atorado porque no se lograron acuerdos entre legisladores y fueron presionados (a los pobres los explotan, supongo). Dicha semana está por concluir y aún nadie tiene la menor idea de qué chingados va a hacerse con la plantita.


Dejaré un posición clara: la planta no es peligrosa, prohibirla sí. Una gran parte de toda la violencia es causada por aquellos que la venden y los azules. A mediados de los 80’s surgió en México una ola de narcomenudeo de marihuana, a raíz de esto se generaron conflictos muy violentos en todo el país, los cuales persisten hasta el día de hoy. Toda la situación violenta sólo se agravó cuando se introdujo la cocaína al menú de drogas para los gringos. Pero si alguna ciudad ha resentido esta violencia y dominio de los carteles más que otras, es la nuestra. Todo lo que enrolla este fenómeno social no va a desaparecer porque sea prohibido, sólo se hace clandestino y el producto se vuelve más pinche caro. Forzar a los consumidores a comprar la planta con distribuidores ilegales sólo agrava los enfrentamientos y crea la violencia por la que tanto nos quejamos.


Pero no siempre fue así, durante la revolución era muy común que los soldados usaran marihuana con fines lúdicos y medicinales, pero todo cambió con la constitución de 1917, pues muchos de los empresarios con intereses en la construcción, convencieron a Venustiano "barbas de chivo" Carranza de que la mota no era de gente bien, que era antihigiénica e inmoral. ¿Por qué menciono lo de la construcción? Resulta que el cáñamo, el tallo de la planta del cannabis, podría ser el sustituto perfecto para la madera, pues sólo le toma 6 meses tener el tamaño adecuado por lo que se reduciría la deforestación, pero como es más barato y cualquiera puede plantarlo, eso amenaza los intereses de los dueños de las madererías. Incluso, la semilla del cáñamo podría ser biodiésel, en español, una alternativa para el petróleo. Y antes de que te preguntes cuándo empezamos a cosechar esta planta milagrosa, resulta que el cáñamo tiene una concentración de 0.25% de tetrahidrocannabinol (o sea, la madre esa que provoca los efectos del churro que fumaste), por lo que es ilegal en el país. Así que no, no te harás rico con tu invernadero clandestino.


Ahora resulta que hacen ilegal aquello que podría salvar la economía del país, una mínima concentración arruina esos sueños y esperanzas. Hubo una época donde todas esas drogas eran legales, reguladas y se usaban como medicina. ¿Reumas? Con frotarte un poco de alcohol con mariguana. ¿Tos? Una fumada de opio y se te quita. ¿Dolor de muela? Para eso toma un poco de ¡cocaína! Diagnósticos 100% reales.


El uso de la marihuana sigue siendo un tema tabú, a pesar de que diversos estudios científicos sustentan sus beneficios. Se ha demostrado que la planta es 110 veces más segura recreacionalmente que el alcohol, no hay registro de muertes por sobredosis, no crea adicción (así que si un compa tuyo dice que no la puede dejar, probablemente lo que fuma no es marihuana), su humo es menos dañino que el del tabaco y que tener sexo pacheco está… ¡cabrón! O eso me han contado, yo no lo sé, obviamente. En lugares donde se ha estudiado el uso medicinal de la planta se ha descubierto que ayuda en el tratamiento para las migrañas, en el retraso del crecimiento de tumores, previene el alzhéimer, trata el glaucoma y la mejor parte (o peor ya que es ilegal), puede ser de ayuda con el síndrome premenstrual hasta en un 75%, es decir, no más ley del hielo y mentadas de madre por chat con el estúpido emoji de la carita feliz, porque tu novia soñó que le ponías el cuerno con una amiga imaginaria. Sin embargo, no todo es tan bello y maravilloso, también se ha demostrado que su uso excesivo o a temprana edad puede provocar falta de concentración y disminución de la memoria. Sin embargo, no todo es tan bello y maravilloso, también se ha demostrado que su uso excesivo o a temprana edad puede provocar falta de concentración y disminución de la memoria.


Al parecer no importa cuántos estudios lógicos y razonables se presenten, no basta todo eso para que en nuestro país sea legal. Cada vez son más obvias las ventajas médicas de la marihuana, pero lo más cercano que se ha hecho a legalizarla es permitir la importación de medicamentos gabachos hechos a base de cannabis, pero, ¿cuánto costarían si se hicieran en México? Mejor aún, en tu propia casa. El colmo de la ironía es que hay tiendas especializadas en la venta de productos y herramientas para la siembra y recolección de la mota, ¡pero no puedes tener la chingada planta!


En el año 2009 se dio un primer paso, el Congreso de la Unión decretó la cantidad máxima que una persona puede portar para su uso personal y en noviembre de 2015 se aprobó el cultivo y consumo de marihuana con fines recreativos… pero, antes de que creas que has pasado 4 años en la clandestinidad y salgas a fumar en frente de una patrulla, tienes que saber que sólo a cuatro miembros de la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerable, los cuales ni siquiera la consumen, ¡¿para qué chingados la quieren?! Vivimos en un país donde es legal portar 5 gramos de mota, pero es ilegal fumarla, venderla, comprarla y sembrarla, ¡¿cómo carajos funciona eso?! Si leíste con atención ya entiendes que puedes conseguir todo para cultivar mariguana de la manera más natural y legal, ¡excepto las malditas semillas de la caraja planta! ¿Entienden lo ilógico de eso? Lo más ojete de toda esta situación es que es el mismo pueblo es el que provoca que no se discuta la legalización, como está muy dividida la opinión, los políticos no se quieren arriesgar a perder simpatía, o sea, votos hacia su partido con declaraciones tan “alarmantes” como que están a favor de la legalización.


En esta llamada “Cuarta Transformación”, lo políticos a cargo siguen renuentes a que nosotros podríamos vender y ser los distribuidores de mariguana número uno en el mundo, y con lo mucho que compran los gringos, disminuirían nuestras broncas económicas. De hecho, sólo el estado de Colorado, Estados Unidos (como ya es legal ahí), se vende más de 2.7 millones de dólares diarios de marihuana recreacional, si consiguiéramos eso en México, cuando te dé hambre después del toque vas con el señor de los tacos y le compras 2.7 millones de dólares en tacos, se reactiva la puta economía y salimos de crisis. Ya de una forma más seria, fumes mariguana o no, la legalización es vital, que nos dejen tenerla sin poder consumirla es un sinsentido, sólo tenerla y que no la sembremos nos trunca estudios de la planta, y no hacer negocio con ella sólo permite que el narcotráfico gane, se extienda y propague la violencia que le ha costado la vida a miles de mexicanos. La planta no nos ha hecho daño, es la ignorancia. Las prohibiciones ridículas fueron lo que la estigmatizó, no permitamos que la desinformación condene a las personas que hacen exactamente lo mismo que aquellos que salen a beber un sábado por la noche: divertirse. ¡Ya rólenla!


Dasvidania

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