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Crítica | Día de Muertos | ¿Hay que tenerle miedo al COCO?

  • Foto del escritor: Braulio Pérez
    Braulio Pérez
  • 7 nov 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 18 jul 2020

Título original: Día de Muertos. Director: Carlos Gutiérrez Medrano (Ópera prima). Reparto: Memo Aponte, Fernanda Castillo, Alan Estrada. Fecha de estreno: 1 de noviembre de 2019 (MX)



El día de muertos es una de las tradiciones más basta y rica en cultura de todo el mundo, por lo que es lógico pensar que una producción mexicana sería lo suficientemente buena, digo, la tradición es de aquí, sin duda podemos hacer un trabajo envidiable… ¿no?



Antes que cualquier otra cosa hace falta un poco de contexto acerca de esta producción. Todo es parte de la lucha a la que se enfrentan las productoras independientes cada año, de esas productoras los proyectos que más recienten estos aprietos son las películas animadas. En 2003 el estudio Metacube desarrolló la idea principal del Día de Muertos, después registraron el primer guion en 2007 y desde 2012 la empresa de Guadalajara estuvo reuniendo fondos para producir esta película que llevaría la tradición mexicana a todo el mundo, misma que comenzó a animarse en 2016. Todo ese tiempo hubo un proceso legal por los derechos de registro de la “marca” Día de Muertos, la cual se peleaba con el estudio del ratón (Disney) pues este ya trabaja en su propio proyecto de esta festividad (COCO) y debido a que no querían competir con la película de Disney el estreno se retrasó dos años (es decir, de 2017 a 2019).


Ya sin profundizar tanto sólo quiero que quede clara la titánica odisea que es realizar una producción animada en nuestro país, esto en gran parte porque los estudios mexicanos dependen de apoyos gubernamentales que cada año recortan los fondos y promocionan menos las películas, entonces, uno independiente se las ve todavía más negras. A pesar de todo eso, ¿la película realmente muestra la cultura mexicana mejor que otras producciones extranjeras?


La historia principal se desarrolla en un pueblito mexicano ficticio que es mitad isla y mitad ciudad colonial en que los espíritus pueden visitar a sus familiares y convivir con ellos una vez al año, esto debido al hechizo de un sujeto que pudo engañar a la muerte. La protagonista, Salma, una joven huérfana de 16 años, quien junto a sus dos hermanos, Pedro y Jorge, deciden investigar el misterio de por qué su abuela, Doña Sara, no les permite celebrar el día de muertos y qué fue lo que pasó con sus padres.



El filme tiene tres principales fallos. El primero de ellos es la saturación de elementos narrativos que no son suficientemente desarrollados y explotados en la cinta, es decir, debido a la intención de querer abarcar distintos y muy variados elementos estos se mezclan con la trama central y produce confusión en el espectador acerca de qué rayos quieren contar con su historia; detalles como estereotipos, alebrijes, patiños con escenas innecesarias, contraste de culturas, personajes de la cultura popular mexicana, etc. Con tantas cosas que contar al mismo tiempo el segundo y tercer acto de la película se aceleran desmedidamente y elementos que no habías visto desde el inicio de la película, de repente ya son de nuevo importantes y ayudan a resolver el conflicto.

El segundo problema es el humor de la película, si hay un cliché o algo de lo que necesitamos deshacernos en el cine mexicano (a parte de las películas de Omar Chaparro con Martha Higareda) son los chistes de pastelazo y el humor de escusado. No ayudan en nada, es el humor más barato y ridículo. Para una película que se supone nos representaría a nivel internacional nos deja mal parados y fomenta el estereotipo de que el cine hecho en México es malo sólo por ser mexicano.


El último punto negativo es la animación, aunque los escenarios están muy bien detallados con lugares representativos del país en la película, el diseño de personajes es limitado y acartonado. Los personajes, difícilmente pueden mostrar emociones y esto provoca que sus diálogos no sean comprensibles del todo y por lo tanto no puedes simpatizar con ellos. Este último punto no es totalmente culpa del estudio, puesto que ellos debían ajustarse a un muy limitado presupuesto.

Sin embargo, no todo es malo y no se trata de tirar odio sólo porque sí. La cinta hace un muy buen uso de los personajes de la cultura popular mexicana, como es el caso de Doña Sara, quien es una obvia referencia a Sara García, la abuelita de todo México. También los escenarios y la paleta de colores son muy alegres y emblemáticos. Elementos típicos de México están muy bien representados y se nota el arduo trabajo de investigación que conllevo hacer este filme.




En conclusión, Día de Muertos de 2019 es uno de esos proyectos que de haber contado con el apoyo de un estudio profesional o mínimo la colaboración de los demás mexicanos, posiblemente habría podido entregar una gran historia en la pantalla grande y mucho mejor que sus predecesoras de otros países, pero que lamentablemente no logró explotar todo su potencial y termina cayendo en lo olvidable, lo cual es una lástima debido a los más de 10 años que le tomó al estudio financiar el proyecto. Es un claro ejemplo de que hay talento, pero si nos ciega el malinchismo o desprestigiamos el talento de otros paisanos nos quedaremos estancados en la mediocridad.



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